viernes, 3 de julio de 2009

Aspectos Epistémicos de la Psicología y la Pedagogía

PRIMERA PARTE: LA EPISTEMOLOGÍA

Antecedentes Históricos

Desde la época de los griegos, ya existían concepciones propias sobre el conocimiento. Aristóteles toma una posición ecléctica entre el planteamiento platónico, que considera que el conocimiento verdadero se hallan bajo la forma de ideas y que éstas se alcanzan mediante un razonamiento abstracto, y entre los defensores de que el conocimiento únicamente nace de percepción de las cosas sensibles y que se conoce como experiencia. Aristóteles cree que la experiencia es papel importante pero lo ubica como uno de los eslabones que nos permiten llegar al conocimiento: conocimiento sensible, experiencia, arte, ciencia. En ese sentido, dice él, que el hombre de experiencia parece ser más sabio que el que sólo tiene conocimientos sensibles, cualesquiera que ellos sean: el hombre de arte lo es más que el hombre de experiencia; el operario es sobrepujado por el director del trabajo, y la especulación es superior a la práctica. Es, por tanto, evidente que la Filosofía es una ciencia que se ocupa de ciertas causas y de ciertos principios. (Metafísica, Libro A, 7). Se entiende que efectivamente, otorga validez a la experiencia, pero como un medio que conduce al conocimiento, y coincide con Platón, en que se puede se puede abstraer este conocimiento experiencial hasta llegar al conocimiento superior, aceptando la existencia de las ideas, siempre que éstas se refieran solo a la esencia misma de este mundo. Según George Berkeley (1710), considerado el fundador de la moderna escuela del idealismo, resulta evidente “para quienquiera que haga un examen de los objetos del conocimiento humano que éstos son: o ideas impresas realmente en los sentidos, o bien percibidas mediante atención a las pasiones y las operaciones de la mente; o, finalmente, ideas formadas con ayuda de la imaginación y de la memoria, por composición y división o, simplemente, mediante la representación de las ideas percibidas originariamente en las formas antes mencionadas”. David Hume el fundador del empirismo, publicó en 1740 “su tratado de la naturaleza humana” y en éste claramente enfoca el origen del conocimiento desde el punto de vista empírico señalando que “es evidente que causa y efecto son relaciones de las que nos informamos por la experiencia y no por el razonamiento o reflexión abstracta. No existe ningún fenómeno particular, aun el más simple, que pueda ser explicado por las cualidades de los objetos tal como se nos aparecen o que pueda ser previsto sin la ayuda de nuestra memoria y experiencia”. A Kant se le atribuye ser el promotor principal del racionalismo, cuyo sistema epistémico construido por éste, otorga preeminencia a la razón, llegando al extremo de considerar que por medio de esta facultad se puede derivar leyes y principios universales. Pese a ello, se hace notorio en los trabajos de Kant, que no desdeñó jamás la experiencia o la realidad sensible. Sin el afán de renunciar a la precisión, citamos sus palabras de manera extensa, por la claridad que otorgan. El influyente filósofo y eterno maestro de Konisberg señala: “Nuestro conocimiento se origina en dos fuentes fundamentales del espíritu; la primera es la facultad de recibir representaciones (la receptividad de las impresiones), la segunda es la facultad de conocer un objeto mediante esas representaciones; por la primera nos es dado un objeto, por la segunda es éste pensado en la relación con aquella representación (como mera determinación del espíritu). Intuición y conceptos constituyen, pues, los elementos de todo nuestro conocimiento;Mas adelante, clarifica conceptos fundamentales sobre sensibilidad y entendimiento, describiendo que “la sensibilidad es la receptividad de nuestro espíritu para recibir representaciones, en cuanto éste es afectado de alguna manera; llamaremos en cambio entendimiento a la facultad de producir nosotros mismos representaciones, o a la espontaneidad del conocimiento. Nuestra naturaleza lleva consigo que la intuición no pueda ser nunca más que sensible, es decir, que encierre sólo el modo como somos afectados por objetos. En cambio es el entendimiento la facultad de pensar el objeto de la intuición sensible. Ninguna de estas propiedades ha de preferirse a la otra. Sin sensibilidad, no nos sería dado objeto alguno; y sin entendimiento, ninguno sería pensado. Pensamientos sin contenido son vanos, intuiciones sin conceptos son ciegas. Por eso es tan necesario hacerse sensibles los conceptos (es decir, añadirles el objeto en la intuición), como hacerse comprensibles las intuiciones (es decir, traerlas bajo conceptos). Ambas facultades o capacidades no pueden tampoco trocar sus funciones. El entendimiento no puede intuir nada, y los sentidos no pueden pensar nada. Sólo de su unión puede originarse conocimiento. No por eso, sin embargo, es lícito confundir la aportación de cada uno, sino que hay fuertes motivos para separar y distinguir cuidadosamente unos y otros. Por eso distinguimos la ciencia de las reglas de la sensibilidad en general, es decir, la estética, de la ciencia de las reglas del entendimiento en general, es decir, la lógica. Sobre la categorización del conocimiento, muchos prefirieron categorizarlos en conocimiento vulgar y conocimiento científico. Apartándose un poco de esta tendencia, Charles Sanders Peirce cree encontrar hasta cuatro formas de conocer las cosas: Primero, el método de la tenacidad, que permite a quien defiende sus ideas con vigor y argumentos, crear bases de nuevos conceptos. Sin duda, que esta forma de alcanzar conocimiento es peligroso, por sólo se sustenta en nuestras opiniones que pueden ser limitadas y muy subjetivas. Segundo, el método de la autoridad, que los buscadores de la verdad, se dejan guiar por las orientaciones que brindan referentes del conocimiento que tengan un prestigio ganado n el escenario. Esto sin embargo es a la luz muy discutible, por que puede desembocar en la debilitación de los argumentos personales, disminuyendo su criticidad. En tercer lugar, se cuenta el método a priori, que corre el riesgo de caer más en la dimensión racionalista que en la posición empirista. Finalmente, se cuenta al conocimiento científico como cuarta forma de alcanzar el verdadero conocimiento. Sanders hace una lectura diferente de la competencia del método científico, asignando a éste una función utilitaria o práctica, con lo que se revela su concepción epistemológica del pragmatismo. Los planteamientos epistemológicos del siglo XX, giraron en torno a la presencia antagónica de los paradigmas cuantitativo y cualitativo, que siendo sus posturas muy conocidas, vale la pena hacer una sinopsis de cada una. El enfoque cuantitativo se sustenta a partir del trabajo de Augusto Comté, que le impregna el término de positivismo. Su característica fundamental está en la forma como se obtiene el conocimiento científico. Su esquema, todavía refleja la infiltración de la creencia de los empiristas, que señala que el investigador sólo garantiza un conocimiento válido, si observa el objeto, sin involucrarse. Obtiene mediciones sobre variables medibles, que tienen la “virtud” de ser representativa, y por lo tanto el conocimiento obtenido es confiable y se puede generalizar al colectivo poblacional. De este modo los resultados son independientes, libres de interpretaciones subjetivas y aportan significativamente al entramado teórico, cuya ciencia, conceptúa un recorrido metodológico lineal que puede “cosificar” tanto a fenómenos naturales como a los sociales, ofrece resultados verificables y se nutre de la lógica formal. Por su parte, el paradigma cualitativo, opta por dar una mayor reflexión desde la práctica misma, por ello, el sujeto investigador se compromete con la realidad objetiva y la trabaja desde adentro. No tiene un esquema metodológico lineal, si no, que este se va reorganizando en el proceso. Se toma mucho en cuenta los sentimientos, creencias, valores, ideologías de una unidad de investigación, cuyas conclusiones del estudio no son generalizables por que atienden a una realidad, y esta realidad guarda rasgos muy particulares que no son replicables. No busca describir, explicar y predecir como lo pretende la ciencia positivista, si no que pretende interpretar los hechos, por ello se le conoce también como el enfoque hermenéutico. Sus bases epistemológicas se encuentran en la fenomenología de Husserl, el existencialismo de Kierkegaard, Heidegger y Sastre, el interaccionismo simbólico de Herbert Blumer y la etnometodología de Harold Garfinkel, entre otras tantas disciplinas, que con ligeras variaciones, contribuyen para sintetizar este modelo cualitativo que se halla nuevamente en boga. Sin embargo, el siglo XX, ha abierto las puertas a posturas de mayor criticidad, tanto así que el paradigma positivista ha sufrido el desmoronamiento de las bases de edificio epistemológico. Thomas Kuhn (1974 citado por Muñoz, Quintero y Munévar, 2005), lo atacó sin piedad al plantear en su libro “La estructura de las revoluciones científicas” que la ciencia y el conocimiento no tienen un progreso lineal como lo pregona el neopositivismo o empirismo lógico, si no que los paradigmas aceptados por mucho tiempo como válidos entran en crisis y tienen que dar paso a otros nuevos paradigmas produciendo con ello una revolución científica, lo que significa que el conocimiento científico se genera en este ciclo de revoluciones. Kuhn también puso en duda el carácter axiológico o independiente del avance científico, al precisar que muchos de los descubrimientos, fueron producto de los intereses vinculados al poder. Por otro lado, Karl Popper (1994 citado por Muñoz, Quintero y Munévar, 2005)) sostiene que el progreso no es lineal ni tampoco por rupturas como lo propone Kuhn, si no que plantea que los resultados encontrados no deben considerarse como teoría acabada, por el contrario indica que los conocimientos siguen un ciclo, que comienza con un problema, se halla una teoría tentativa, se busca la eliminación del error por el método de la falsación y, aparece un nuevo problema, con lo que el ciclo vuelve a empezar. De este modo, se evidencia que el enfoque cuantitativo, tiene serias limitaciones, sin que por ello, deje de reconocerse, lo útil y práctico que resultan sus técnicas de investigación, que aportan elementos que se pueden procesar con mucho éxito. De igual modo, el paradigma cualitativo, tiene como limitaciones, la poca apertura y conocimiento que se tiene acerca de sus técnicas de procesamiento de la información, que en algunos casos como la entrevista no estructurada genera dificultades para su interpretación. El no tener, una guía esquemática, suele ser un verdadero reto para los investigadores principiantes en el uso de este modelo. Por lo que muchos opinan coincidiendo con Aristóteles, que debe buscarse la unidad dentro de la pluralidad. En este marco, desarrollamos más adelante, algunas reflexiones que intentan justificar la necesidad de abrir el paso a un nuevo paradigma emergente, el de la complementariedad. En cuanto al uso del conocimiento, Michael Polanyi (1967 citado en Peluffo, 2005) reconoció que el conocimiento tiene dos dimensiones: tácita y explicita. El conocimiento tácito o “know-how” nos es fácilmente evidenciable ni aún cuando se pretende explicarlo, sin embargo, está incorporado en nuestro ser y se manifiesta como ideas, experiencias, destrezas y habilidades, modelos conceptuales, formas de pensar y sentir, y cierto conocimiento cognitivo. Por su parte, el conocimiento explícito es objetivo y racional, quien lo posee es capaz de verbalizarlo con facilidad, enumerarlo o formularlo. Su característica más resaltante, es que se puede transferir con relativa facilidad. La importancia de su planteamiento lleva a muchos a proponer formas de aprovechar este conocimiento tácito, en especial de aquellos que reorientan por una formación sociocultural, en la que considera a la cultura como parte de este conocimiento y que tiene que ser gestionada adecuada a fin de no causar conflictos por los marcados contrastes culturales de los alumnos. Los docentes encuentran también un apoyo firme en esta propuesta, por que considera que el mayor valor agregado de un docente es su “know-how”, o sea la transferencia de su experiencia. Epistemología: Conceptualización

Después de hacer un desencadenamiento del devenir histórico de la epistemología, entramos en el terreno de su conceptualización, al describirla como una disciplina filosófica que estudia y reflexiona sobre los problemas filosóficos relacionados con el conocimiento científico. Tiene la responsabilidad de conocer los escenarios donde se produce el conocimiento, enfocando su atención en aspectos importantes como: cómo se origina, en qué dimensión está estructurada el cuerpo teórico, cuáles son los factores sociales, psicológicos y culturales en que se contextúa el mismo. Todo este análisis se realiza a fin de validar la producción del conocimiento. Se ubica, según Bunge, como una rama de la Filosofía.Tipos y Ramas de la Epistemología

Carlos Barriga (2003) profesor universitario de la UNMSM, propone dos tipos de epistemología, sosteniéndose en cierto modo en las afirmaciones de Popper: epistemología analítica y epistemología normativa. En cuanto a la primera, se le asigna la labor de estudiar con el mínimo cuidado al entramado teórico. El profesional que se dedica a esta labor, tiene que evaluar permanentemente, los argumentos de las teorías, tratando de encontrar supuestos que demuestran la validez de la propuesta. Esto se enmarca en que lo aprendido no se hace solo con unas cuantas indicaciones. El procedimiento hizo famoso a Popper, al señalarlo como la falsación. A su vez, la epistemología normativa, se encarga de ofrecer a los investigadores el camino por el que ha transitado la construcción del conocimiento.Sabemos que no se cuenta con suficiente información teórica, tomaremos las notas de Mario Bunge, quién destaca las siguientes ramas: Lógica de la Ciencia, Semántica de la ciencia, Teoría del Conocimiento científico, Metodología de la ciencia, Ontología de la ciencia, Axiología de la ciencia, Ética de la ciencia y Estética de la ciencia.Fundamentos epistémicos del paradigma emergente

El libro “El paradigma emergente” que publicó Martínez (2002), contiene aspectos muy interesantes en cuanto a los problemas epistémicos que atraviesa la ciencia tradicional o positivista, por lo apuesta, por un nuevo paradigma que aproxime a las dos tendencias. Los extractos de los distintos pensadores son citas que Martínez ha recopilado. Se considera muy útil la inclusión de este resumen, por los buenos argumentos que hay en los siguientes principios: tendencia al orden universal, ontología sistémica, el conocimiento personal, la metacomunicación del lenguaje total y el principio de complementariedad.

Tendencia universal al orden: Ilya Prigonine: Esta teoría desmiente la tesis de la ciencia tradicional que afirma que el universo es fruto del azar raro e inútil, está en continua influencia de la segunda ley de la termodinámica y por lo tanto está en decadencia. En 1960: Von Foerster expuso un principio “el orden a partir del ruido, superando al establecido por Schrödinger, “orden a partir del orden”. Esta teoría puede tener el mismo impacto en la ciencia que la teoría de la relatividad de Einstein. Explica el movimiento hacia niveles de vida y organización más altos, o sea cómo los seres vivos van hacia arriba en un universo en que todo parece ir hacia abajo. Para comprender la idea central de la teoría, recordemos que en un nivel profundo nada está fijo. (sub partículas). Algunas formas de la naturaleza son sistemas abiertos. Es decir están envueltos en un intercambio de energía entre el mundo interno y el externo. Ejemplo: el cuerpo humano, la célula, la respiración, la ósmosis, etc. Prigonine, llama a estos sistemas abiertos como las “estructuras disipativas”, explicando que las formas o estructuras se mantienen por una continua disipación o intercambio de energía. Se mueven dentro del sistema, pero al mismo son causas de dicho movimiento. Todo ser vivo y algunas ciertas reacciones químicas son estructuras disipativas. Cuanto más compleja sea una estructura diapositiva más energía necesita para mantener todas sus conexiones. La mayor energía le expone a las fluctuaciones internas y por lo tanto está más lejos del equilibrio. A mayor conexión (coherencia), más inestable es el sistema. Ésta es la clave de la transformación. Si las fluctuaciones alcanzan un nivel crítico, aumenta el número de interacciones en el sistema, sus partes se reorganizan formando una nueva entidad. Las ideas de Prigonine son más completas que la de Darwin. 1972: Katchalsky hizo seminarios en el ITM para introducir la teoría de Prigonine en la neurociencia. Su aplicación a los fenómenos biológicos, psicológicos y socioculturales no implica asumir una posición reduccionista. Es evidente que toda esta estructura de conceptos básicos nos lleva hacia un modelo de inteligibilidad, hacia un nuevo modelo de comprensión de la realidad y por tanto hacia un nuevo paradigma.

Ontología sistémica: Bertalanffy señala que la teoría general de sistemas estaba destinada a jugar un papel análogo al que jugó la lógica aristotélica en la ciencia. Sistema lineal: agregados, poca interacción entre las partes, se recompone de nuevo, pequeños cambios ocasionados, determinista, reduce las interacciones a valores muy pequeños. Sistema no lineal: impredecible, violento y dramático, un pequeño cambio varía de golpe, controlado por las leyes de la probabilidad. Nuestro organismo está compuesto básicamente por sistemas no lineales en todos nivel: físico, químico, biológico (genoma), psicológico, etc. Este enfoque sistémico ya se deja sentir en todas las ciencias de los sistemas: teoría de juegos, informática, entre otros. Éstas estudian aspectos nos atendidos hasta ahora. En un sistema, el comportamiento de cada parte depende del estado de todas las otras. La organización y la comunicación en el enfoque de sistemas, desafía la lógica tradicional. Si la significación y el valor de cada elemento de una estructura dinámica o sistema está íntimamente ligada con los demás y si cada elemento es necesario para definir a los otros, no puede ser visto en sí, en forma aislada, si no a través de la posición y de la función o el papel que desempeña en la estructura. La necesidad de un nuevo paradigma se deriva del hecho de que la ciencia positivista se apoya en la matemática como su pilar central. Testimonios matemáticos: “Dios ha escrito el libro de la naturaleza en lenguaje matemático” (Galileo) “la doctrina de la naturaleza contendrá tanta ciencia, como cuanta matemática en ella se pueda aplicar” (Kant). La característica esencial de la matemática es la adición, todo son sumas mas o menos complicadas. Las limitaciones actuales de las técnicas matemáticas no son pasajeras, constituyen una imposibilidad esencial y lógica, que sólo podrá superarse con algo cualitativamente diferente. El punto crucial de las matemáticas es su carácter abstracto, considerando a los objetos desde un solo punto de vista, prescindiendo de las particularidades que podría tener. Hay muchos estudiosos afirma que Hegel critica el carácter inesencial y aconceptual de la relación cuantitativa, que la priva de sustancialidad. Del mismo modo Eisntein que dijo “en la medida en que las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas, y en la medida en que son ciertas, no se refieren a la realidad”. El propio Heinsenberg: “Las matemáticas no son el contenido de la naturaleza”. Finalmente hasta, Bertrand Russell: “una ley puede ser muy científica sin ser matemática”

El conocimiento personal: Tendríamos hasta dos polos: el polo externo y el interno. En el polo externo, se ve la tendencia que tiene la realidad exterior a imponernos una determinada forma. Esta se revela en la conciencia primordial que tenemos acerca de que estamos en un mundo determinado. En el polo interno, nos indica de que nuestra mente nos es virgen como la de un niño, si no que ya está estructurada con una serie de supuestos, tiene un marco referencial, una estructura teórica, valores, intereses, deseos, etc. El conocimiento será el resultado de una dialéctica o de un diálogo entre estos dos componentes: objeto y sujeto.

La metacomunicación del lenguaje total: ¿De qué manera refleja el lenguaje la realidad? ¿Cómo ponemos en palabras lo que no es categorizable? ¿Cómo comprendemos aquello que va más allá del lenguaje?. En toda comunicación siempre hay una metacomunicación (comunicación acerca de la comunicación). Generalmente es no verbal: expresión facial, gestual, mímica, entonación, contexto, etc. La metacomunicación hace que el lenguaje total de los seres humanos, como una cualidad emergente sean más ricos que el simple lenguaje que se rige por reglas sintácticas o lógicas. La autorreferencia es la función maestra, superior interpretativa, autocrítica y controladora de toda actividad cerebral. La filosofía y la epistemología operan dentro de ella, porque está dentro de su propio método. El principio de complementariedad: Subraya la incapacidad humana de agotar la realidad con una sola perspectiva o enfoque. La descripción más rica de cualquier entidad, sea física o humana, se lograría al integrar en un todo coherente y lógico los aportes de diferentes personas, filosofías, métodos y disciplinas. Se necesita una racionalidad más respetuosa de los diversos aspectos del ser del pensamiento, una racionalidad múltiple. Habermas señala que esta racionalidad tendría que hacer accesible al mismo tiempo las tres esferas del conocimiento especializado: cognitivos, práctico morales y los expresivos – estéticos. Hegel dijo que la verdad de las cosas no se encuentra refutando la contradicción si no integrándola.


SEGUNDA PARTE: ASPECTOS EPISTÉMICOS DE LA PSICOLOGÍA Y LA PEDAGOGÍA

Antecedentes de la Psicología

La Psicología tiene un recorrido muy corto, apenas ha recorrido 128 años desde 1879, año en que el padre de esta novel ciencia, Wilhelm Wundt establece una especie de laboratorio de psicología experimental. Sin embargo, en tan poco tiempo, ha sido el escenario de distintas perspectivas que eclosionaron. ¿Cómo merman estas disparidades la posibilidad de consolidarse como ciencia?Hasta ahora ninguna de las propuestas se ha mantenido sólido por más de media centuria. Primero apareció el funcionalismo, que centró el énfasis en descubrir la estructura de la mente, tal como se suele hacer con la división del átomo, en pequeñas partículas, que según Titchener – seguidor de Wundt – sería las sensaciones, las imágenes y los sentimientos. Opinión que fue muy rechazada desde un inicio por su posición atomista, pues no se puede reducir los estados mentales a pequeños paquetes microscópicos. Así como tampoco se puede transferir los principios de las ciencias naturales en mera copia a otra cuyos fundamentos son claramente sociales. Once años después, William James publica su libro “Principios de Psicología” que movió fuertemente el piso de los estructuralistas y que llegó a ser el nuevo vademécum de los estudiantes universitarios. Todos rindieron honores al nuevo buque insignia de la psicología que para ese entonces se llamaba “funcionalismo” y que traía como principal novedad la aceptación de que la conciencia es un flujo cambiante, no se agrupa en unidades discretas. Se corrió la voz y ésta fue escuchada, a partir de entonces, la conciencia tiene un nuevo y trascendental rol, que es el de ser partícipe de la adaptación, sentenciada con las propias palabras del talentoso y sorprendido James: “la mente es útil y funcional para la adaptación” sosteniéndose en el pragmatismo como uno de sus supuestos filosóficos. La influencia de esta corriente aún persiste en algunas escuelas psicológicas de presente, gracias a la dura defensa que opuso Jhon Dewey que se encargó de darle sostenibilidad al proyecto estructuralista a través de las escuelas norteamericanas de Psicología, sosteniendo por doquier que los reflejos no se deben examinar como categoría científica artificial, si no como un todo que interactúa dentro su medio. Se reconoce que el objeto de la psicología se amplía además de la conciencia a la conducta, haciéndola subjetiva y objetiva al mismo tiempo, con lo que la observación se convirtió en la herramienta metodológica más importante de los funcionalistas.
El siglo XX es el siglo de mayor diseminación de la teoría psicológica, reconociéndose varios enfoques que configuran el campo psicológico: el conductismo, el psicoanálisis, el cognoscitivismo, el humanismo y la neurociencia. El conductismo, en actitud dogmática y en claro paralelo al avestruz que cree que enterrando el pico se libra de las dificultades, pretendió desconocer el papel que juega el elemento consciente para dar extrema y peligrosa validez al estudio de la conducta observable. Esto lo confirma el propio Watson, al explicar que si se controla los estímulos del medio ambiente se puede moldear el carácter de las personas según un modelo trazado de antemano. Thordike, amplió los trabajos de Pavlov y llegó a concluir que luego de repetir el experimento con animales, éstos aprendían el truco y emitían la respuesta correcta, formulando su ley de efecto, que sintetiza en que todo acto que produzca un efecto satisfactorio en una determinada situación tiende a repetir la situación. Pero al conductismo todavía le faltaba jugar su mejor papel, y esto ocurre con la aparición de Burrhus F. Skinner. Su propuesta se orientó a salir del mundo de las ratas y palomas y trasladar el componente dual (estímulo – respuesta) al género humano. Se tuvo tanta fe en sí mismo, que incluso escribió “Walden II” en 1948, que era una defensa del nuevo conductismo radical, cuya tesis “no niega la posibilidad de la auto–observación el auto–conocimiento, o su posible utilidad, pero cuestiona la naturaleza de lo que se siente o se observa y, por tanto, se conoce”. Afirmaba que se puede formar una nueva cultura y sociedad si se planifica aplicar adecuadamente los recursos tecnológicos de la conducta que posibilite ejercer el condicionamiento operante. El pregón de la sociedad perfecta gobernada por la razón impulsada por Tomás Moro en 1516 en su célebre obra “Utopía”, es actualizada y reorientada por Skinner; no es la razón, sino la conducta la que debe formar las bases de la sociedad ideal, mediante una planificación condicionada abierta y honesta. Luego de 432 años, la obra de Moro es retomada, pero no para ser ampliada, sino que en un afán evidentemente reduccionista, se otorga a la conducta controlada, la responsabilidad de crear una nueva sociedad. Algo que resulta siendo irrealizable y va en contra de las otras facultades humanas. El entorno no determina todo en el hombre. Éste es un ser que cumple el principio de la homeostasis; su mundo interno debe estar en conjugación con el mundo que lo rodea, esto funciona en los procesos biofísicos, pero es cumplido también en las funciones cognoscitivas. El psicoanálisis no es una teoría con enfoque global, sin embargo se le reconoce el haber estudiado con mayor rigor los aspectos relacionados con el inconsciente. Sin embargo, fueron muy resistidas las propuestas que Sigmund Freud planteó sobre el papel de los sueños y la sexualidad infantil. Aún cuando el trabajo de Freud y sus seguidores fuera más convincente, sólo representaría una pequeña dimensión de lo en realidad comprende el entramado mental.
Más a la actualidad, epistemólogos como Bunge y otros desdeñan la validez científica de los supuestos freudianos; refiriéndose acerca de las hipótesis psicoanalíticas comprobables (las que han sido verificadas, las que han sido falseadas, y las que no han sido puestas a prueba) opina con severidad: “Yo no conozco ninguna que haya sido verificada” (Bunge 1999: 38). El cognoscitivismo es sin duda el enfoque más promocionado del siglo pasado. Hay muchos que califican su aparición en 1950 como un salto cualitativo. Sin embargo, se conoce que esta propuesta empieza a construirse sobre los trabajos previos de Tolman y Guthrie, que son los primeros rasgos de cognitivismo. Diez años después, en 1960, ya había estudiosos como Miller, Galanter y Pribam que afirmaban con empeño que el nuevo paradigma del cognoscitivismo se había consolidado.

En efecto, el nuevo compendio teórico de la psicología pronto habría de tener a muchos estudiosos comulgando con la nueva prédica y dedicarían sus mejores esfuerzos a poner las columnas del nuevo edificio psicológico. Es preciso, destacar que los trabajos de estos psicólogos, no necesariamente, forman un bloque homogéneo, sin embargo, coinciden en otorgarle una relevancia fundamental a las cogniciones señalando que son procesos mentales que representa el individuo según la intervención activa del sujeto. En este sentido hay que reconocer el trabajo de Jean Piaget, David Ausubel, Lev Vigostky, Jerome Bruner, Joseph Novak, entre otros.

Una cuestión fundamental a la que Piaget dedicó sus mejores esfuerzos fue la explicación de los procesos que se realizan en las estructuras cognoscitivas y las funciones invariantes que en éstas se realizan; por lo que es importante comprender los conceptos de inteligencia, operación, esquema, adaptación, asimilación, acomodación y equilibración. En términos de Piaget (1964) el desarrollo de la cognición avanza en forma ascendiente por estadios: la etapa de la inteligencia sensorio motriz de 0 a 2 años, la primera infancia de los dos a los siete años o etapa preoperacional, la etapa de las operaciones concretas, de siete a once años, y la etapa de las operaciones formales. Estas cuatro etapas son un resumen de las seis que planteó en un inicio, mencionando en ese entonces que “cada estadio constituye, pues, por las estructuras que lo definen, una forma particular de equilibrio, y la evolución mental se efectúa en el sentido de una equilibración cada vez más avanzada.

Pese a su esfuerzo Ausubel no se había aún ganado una imagen cognitivista, hasta que en 1968 publica su libro “Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo”. Su reflexión principal fue acerca de cuando se produce un aprendizaje significativo, llegando a plantear que éste se produce cuando hay un puente entre dos tipos de conocimiento: la información nueva y la información antigua que forma parte de la estructura neuronal, y que está en plena concordancia con lo que hace aproximadamente 2350 años Aristóteles plantea en su libro Metafísica que “toda ciencia se adquiere con el auxilio de conocimientos previos”. Lev Vigostky le impregna un distinto a la propuesta conginitiva, por que toma distancia de la lógica formal y aplica la lógica dialéctica para asignar un papel esencial al aspecto sociocultural y planteando por primera vez que mediante el lenguaje se puede percibir el desarrollo del conocimiento. Asignando al maestro un rol de modelar la zona de desarrollo próximo, ayudando a transitar al alumno desde lo social hacia lo individual. Dos contemporáneos son Bruner y Novak. Jerome Bruner estudioso de los procesos cognitivos plantea su teoría del procesamiento de la información en el que conjuga cuatro principios: la motivación, la estructura, la secuencia y el refuerzo que posibilitan que la información sea recibida, transformada, acumulada, recuperada y utilizada. Por su parte, Joseph Novak, propone configurar un cognoscitivismo más humano, por lo que confiere un rol relevante a la jerarquía de estructuras. Para lograr tal fin propone el uso de técnicas educativas como los mapas conceptuales y la uve heurística o de Gowin.

El enfoque humanista, recién está tomando cuerpo, a partir de los trabajos de Abraham Maslow y Carl Rogers, que aspiran a desarrollar las potencialidades humanas en forma integral, como un todo. Para ello, otorga preeminencia a la conciencia subjetiva. Como su propuesta se orienta al desarrollo de los valores, el logro de las necesidades y la autorrealización. Este último aspecto fue duramente criticado, debido a que no son sujeto de validación científica. Este enfoque ha sido ya tomado por el DCN peruano, pero sin aplicaciones definidas.

La neurociencia tiene como supremo órgano de estudio al cerebro humano. Su tarea está centrada principalmente en determinar los componentes bioquímicos que permiten el hablar, oír, cantar, etc. así también existe demasiada prisa para completar el cartografiado cerebral, con lo que se estaría identificando las áreas específicas que modifican ciertas conductas.

Antecedentes de la Pedagogía

Pese a lo joven que es ésta ciencia, hay muchos antecedentes que se deben tomar en cuenta. Es cierto que en los planteamientos de los hombres notables de los siglos anteriores, se evidencian implicancias pedagógicas que los califican como “educadores” de su época. En breve recuento, se resalta lo relevante desde el punto de vista pedagógico.Hacia el año 430 A.C, Sócrates se esforzaba por enseñar con preguntas y respuestas en su famoso método mayeútico. 390 A.C. Platón, hacía indagaciones usando la razón como elemento principal. 50 años después, Aristóteles inauguraba el método deductivo, usando premisas o juicios correctos. En el período medioeval, la educación resultó siendo de carácter artesanal o centrado en el libro. Recién en el siglo XVI, la educación toma una naturaleza universal y obligatoria.

El siglo XVII marca el comienzo de una etapa dinámica en propuestas y mayormente orientadas a las funciones pedagógicas en sí. Bacón emplea el método experimental o método inductivo deductivo, que es el antecesor del método científico. Comenio señala la importancia de los materiales educativos para usarlos en la enseñanza, agrega por primera vez en la historia de la pedagogía, a la didáctica como una ciencia especial, por lo que se le consideró el padre de la Didáctica y, según él, todas las personas poseen la facultad para el conocimiento por lo que se debe "enseñar todo a todos".

Entre los Siglos XVIII y Siglo XIX se destaca la obra de Rousseau, Pestalozzi y Herbart. El primero propone en su libro Emilio o la educación, una función para la pedagogía: “educar para y en la libertad”. Pestalozzi, notablemente influenciado por Rousseau destaca tres cosas en el aprendizaje de los niños: su individualidad que le lleva a un nivel de autonomía, la práctica continua y, la observación usando cada uno de los sentidos. Herbart, manifiesta igual que los anteriores, su aguda percepción propositiva, al advertir que la pedagogía necesitaba de la psicología y de ética, a fin de recibir de ellas el conocimiento de la mente y la base axiológica para determinar los fines sociales de la educación, respectivamente.

En siglo XX, la pedagogía se vio influenciada por los trabajos de Jhon Dewey, Eduardo Claparede, María Montessori, Celestín Freinet y Paulo Freire. Ser promotor del pragmatismo condiciona las propuestas de Dewey y lo relega a la escuela un papel funcional, de producción de ciudadanos hábiles y útiles para solucionar problemas. Claparede siguiendo una línea pestaloziana, complementa que no basta con que el niño aprenda con autonomía, sino que debe “querer lo que hace”. La doctora Montessori tiene gran éxito mundial, al asignarle al niño, mayor libertad, estímulos y atención a sus preferencias; con lo que se propone inducir al niño a que aprenda a su ritmo y construya sus propios conocimientos. La pedagogía montesoriana representa una especie de síntesis de las propuestas pedagógicas activistas, y su método es tomado en cuenta por múltiples escuelas de todo el mundo. Freinet, contemporáneo de Montessori, amplia la participación a la toma de decisiones de manera democrática y cooperativa, la elaboración de los planes de trabajo, actividades funcionales y la autoevaluación, defendiendo la educación del trabajo y la escuela del pueblo. En consonancia con este último aspecto, se destaca el trabajo de Paulo Freire, que asigna a la pedagogía un rol liberador, ya que “Freire consideraba la pedagogía como la fuente del pensamiento, la teoría que podía desvelar la manera de cambiar el comportamiento de las personas y la unía con la política que representaba la praxis de las ideas y del conocimiento, el motor que debía impulsar las clases oprimidas a salir de su yugo y de su explotación a través de la aplicación práctica de las ideas liberadoras”, para ello el alumno debe aprender entendiendo la realidad de la que forma parte.
Hubo muchas controversias en cuanto a la hora de definir si la pedagogía es o no una ciencia. Aún diccionarios de prestigio como CLASA, entendían que es una de las disciplinas que conforman las Ciencias de la Educación. Considerándola más bien como un arte, una práctica pura, una experiencia práctica que adquiere el maestro en su trabajo con los niños. Sin embargo ahora, la gran mayoría ya la cataloga como ciencia, por ejemplo para Ramón Calzadilla, la pedagogía es una ciencia particular, social o del hombre, cuyo objeto es el descubrimiento, apropiación cognoscitiva y aplicación adecuada y correcta de las leyes y regularidades que rigen y condicionan los procesos de aprendizaje, conocimiento, educación y capacitación. Tiene un sistema de conocimientos escrupulosamente comprobados, encontramos que los conocimientos pedagógicos reúnen estas condiciones y se encarga de señalar y clasificar los métodos más adecuados, función que no desempeña ninguna otra ciencia.

Antecedentes de la Psicopedagogía

La Psicopedagogía aparece a mediados del siglo XX, en los claustros de la Universidad del Salvador, cuando algunos maestros como el clérigo Juan Rodríguez Leonardo, notaron que faltaba una disciplina que se encargue de atender a los niños con problemas de aprendizaje escolar. En el devenir histórico, la tarea de tratar estos problemas se fueron perfilando dos tendencias. Primero, hay una inclinación tradicional que pone énfasis en la recuperación de aquellos temas que están vinculados con la situación problemática. Si es problema es la dificultad para hacer cálculos básicos, se planifica su atención progresiva. El segundo enfoque, es más moderno por que coloca al alumno dentro de un contexto mayor que su propia subjetividad, se toma en cuenta, su familia, su comunidad, sus aficiones, su psique, etc.

Interrelaciones entre la Psicología, la Pedagogía y la Psicopedagogía

La Psicología se define como la ciencia y en acuerdo con Marquez tiene un objeto de estudio de la personalidad, sea que el proceso se enfoque a la explicación de fenómenos sociales o al estudio de la psiquis humana en sus formaciones psicológicas más complejas. Este objeto es estudiado a través de métodos generales como la observación y el experimento y, a través de los métodos particulares, como los cuestionarios, encuestas, entrevistas, test psicológicos, etc.

La Pedagogía es una ciencia que está armando su cuerpo teórico, sin embargo se rescata las voces decididas de defensores que argumentan positivamente su carácter científico. Herrera (2005), lo describe como la ciencia que tiene por objeto el proceso de formación, proceso que tiene como dimensiones lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador o capacitivo. Además, existe una comunidad de investigadores, tal como lo exige Bunge, que estudian y desarrollan esta ciencia a través de los métodos generales empíricos y teóricos. Tiene también leyes que la rigen: Relación entre el proceso formativo y la vida, relación entre lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador y, relación entre el proceso formativo y la actividad.La psicopedagogía es la ciencia que está en proceso de construcción, que tiene como objeto de estudio, los problemas de aprendizaje escolar, siempre que los alumnos tengan dificultades en el aprendizaje y no para el aprendizaje. Entre ellas existe una relación intrínseca, en cuanto entrelazan sus aportes. La psicopedagogía, estudia específicamente los problemas que surgen en el aprendizaje, del cual la psicología y pedagogía también ofrecen atención en forma general.Se observa que el principal problema que tiene la Psicología es conocer aún más la naturaleza del comportamiento humano. En cuanto a la pedagogía, ésta tiene le gran reto de fortalecer su estructura teórica, que corrija muchas incongruencias que aún subsisten como definir las disciplinas que involucra.
Por su parte, la Psicopedagogía tiene el problema de dar continuidad a los estudios a través de la formación de comunidades científicas estables y en todo el mundo, a fin de consolidar un soporte teórico cada vez más propio, en cuanto a las necesidades de aprendizaje. En esta parte, coincidimos con lo que plantea Bunge, cuando plantea que uno de los requisitos para que una disciplina alcance una categoría científica es que haya comunidades de estudiosos que intercambian sus reflexiones y generación de conocimientos que aporten a la configuración de una particular teoría científica. Dando respuesta a la pregunta de la página inicial consideramos que la construcción teórica no tiene que tener dispersa las propuestas, por que cuanto más dispares sean éstas y sufran trastornos serios, no contribuyen a consolidarla como ciencia.

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