martes, 29 de octubre de 2013

La actitud dialógica en la Formación Docente en Servicio

Se concibe a la actitud dialógica como la forma abierta de abordar  y reflexionar sobre las demandas de formación y la actitud con que interactuamos con colegas y alumnos. Representa la manera en que nos conectamos con nuestros interlocutores para expresar ideas y en el caso específico de los docentes, de sus demandas de formación. Los docente al asumir planes de formación desarrollados por los formadores, generan un proceso dialógico en las cuales se propicia que haya un “ida y vuelta” de las ideas, propuestas, turnos, argumentos y disposición sincera de escucha a otros.
Esta propuesta de considerar a la actitud dialógica como principio del Sistema Regional de Formación y perfeccionamiento Docente se halla fuertemente espalada por los trabajos de destacados pensadores. Para Freire (2002) “la pedagogía dialógica aporta a la formación de una sociedad justa”, concibiendo al diálogo como una relación entre dos sujetos: docente – alumno; docente-formador; docente-docente o docente-padre; y que en cuanto se rompe esta relación,  “ya no se estará educando sino deformando”
Por otro lado, Gadamer (1977), a quienes muchos llaman el filósofo constructor de puentes por su apuesta por entendimiento por medio del diálogo; precisa que el dialogo se construye en base  a “tentativas de entendimiento, de apertura y escucha al otros”, señalando que parezca difícil llegar a entendernos desde el principio, hay una “tarea de encontrar el lenguaje común. Pero el lenguaje común nunca es algo ya dado definitivamente…debe permitir el inicio de un entendimiento, aunque las opiniones se opongan frontalmente” Al igual que Gadamer, el Sistema tiene la misma convicción de que se debe tender puentes entre las diversas posturas y experiencias enriquezcan el proceso educativo en el aula o en las fases de formación docente.
Este esfuerzo serio de capacitación deberá acompañarse permanentemente de una supervisión, también dialogal, lo que se relaciona con las demandas planteadas en las nuevas rutas de aprendizaje y el marco del buen del desempeño docente.
Tanto los que forman como los que reciben la formación deben entender que hay  un aprendizaje permanente que ocurre de ambas partes. Aún el formador aprende del entorno, de su cultura y de la práctica que goza el docente beneficiario.

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